Lo que No Sabías de la Persiana Alicantina

Lo que No Sabías de la Persiana Alicantina

Aunque la etimología de la palabra persiana procede del latín “persa-ae” y significa originario de Persia, el nacimiento de estos artículos tan demandados incluso hoy en día, se remonta mucho atrás. 

Egipto y la antigua Roma son los lugares donde se documenta el uso temprano de persianas, sin embargo, no tal y como las conocemos actualmente. Los egipcios ya utilizaban estas protecciones para las puertas y ventanas confeccionadas con cañas y unidas por cuerdas para evitar la entrada de arena y polvo, mientras que los romanos utilizaban contraventanas hechas de madera o metal para proteger sus hogares de la luz solar intensa y del calor. 

Por tanto, la llegada de las persianas a España se remonta a tiempos antiguos y está vinculada a la influencia de diversas culturas a lo largo de la historia. Las persianas, en diferentes formas, han sido utilizadas en la Península Ibérica durante siglos debido a su utilidad para controlar la luz, la temperatura y la privacidad en los hogares.

Uno de los primeros registros del uso de persianas en la región es atribuido a la ocupación romana de la península. Como ya hemos dicho, los romanos solían utilizar contraventanas de madera o metal para proteger sus viviendas de la luz solar intensa y del calor, sin embargo, a lo largo de los siglos, la influencia árabe en la península también contribuyó al desarrollo y la propagación de estos elementos. Las persianas de estilo árabe, con lamas de madera o caña, eran comunes en la arquitectura morisca y andaluza, y se utilizaban para regular la entrada de luz y aire en los interiores de las viviendas.

Durante el Renacimiento, las persianas experimentaron cambios en su diseño y funcionalidad. Se volvieron más elaboradas y decorativas, incorporando elementos arquitectónicos que reflejaban la estética de la época.

Siguiendo con su legado en Europa, durante la Edad Media, las persianas continuaron siendo una característica arquitectónica importante y en este período, se elaboraron con listones de madera horizontales y se conocían como "persianas venecianas" debido a su popularidad en Venecia, Italia. 

El diseño de las persianas siguió evolucionando a lo largo de los años. En el siglo XVIII, las persianas venecianas comenzaron a adoptar un diseño más parecido al de las persianas modernas, con lamas que permitían un control más preciso de la luz y la privacidad.

Ahora bien, en España, se siguió desarrollando este diseño de persianas y en 1916 se patentaron las famosas persianas alicantinas de la mano de Vicente Barceló Santonja en la localidad de Sax. 

Hasta finales del siglo XIX, Sax basaba su economía en la producción de vino y la conexión de esta región con la vid llevó al inicio de la fabricación de lo que se conocían como "cortinas de palillos". Estas cortinas tenían como propósito aislar las ventanas y puertas de las casas de la luz solar, las moscas y el calor.

Entonces, ¿cómo se les ocurrió esta idea? Las cortinas se confeccionaban uniendo pequeños trozos de sarmientos de vid recién podados, que aún estaban verdes, y cortándolos en trozos iguales. Luego, se cocían con productos químicos para ablandar la madera y eliminar la piel leñosa, dándoles una apariencia más refinada y después de secarse, se pintaban y se unían entre sí, atravesándolos con alambre en su núcleo, formando las tiras que compondrían lo que entonces se llamaba "cortinas orientales". 

En esa época, era común calificar los productos más llamativos o extraños como "orientales", además, en ese momento, especialmente en Francia con las corrientes de diseño Art Nouveau y Art Déco, existía un gran interés en la importación de productos exóticos de oriente.

La población de Sax tomó un nuevo rumbo industrializándose con la fabricación de estas persianas, antecesoras a las persianas alicantinas, que con el tiempo han ido mejorando su diseño y funcionalidad hasta el punto de ser unas de las persianas más vendidas en España y otros países europeos. 

Hoy en día, las persianas se fabrican en una variedad de materiales, incluyendo madera, aluminio y PVC, y se han convertido en un elemento común en ventanas y puertas en todo el mundo. Su funcionalidad y versatilidad han perdurado a lo largo del tiempo, y continúan siendo una solución efectiva para controlar la luz y la privacidad en los espacios interiores, además de contribuir a la estética y el diseño de las viviendas y edificios modernos.

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